Creando tu Oasis

  

Corren unos días, donde los años nos parecen meses y los meses semanas; con un tiempo que pareciera avanzar con una rapidez que no logramos comprender y nos obliga constantemente a posponer las cosas una y otra vez para algún "otro día" que nunca llega. Toda una locura a la que nos acostumbramos a llamar rutina y no sabemos si lo más peligroso sea la propia rutina, o la realidad de que nos hallamos acostumbrado a ella. Hagamos una parada, al menos una pausa.

 


Detente, busca un lugar tranquilo, un momento de quietud, una hora, aléjate del ruido y dedícate a reconocer aquello que te hace feliz.

 

Al decir "feliz", muy probablemente lo primero que salte a tu mente y pensamiento sea algo tangible y material, pero intenta hacer un esfuerzo adicional en medio de esa pausa y piensa en aquello "que te hace feliz... y que no tiene precio".

 


Cosas muy simples pero verdaderamente gratificantes, como detenerse ante un amanecer o acariciar a tu mascota, ejemplos que pueden sonar un poco repetidos, pero quizá sea necesario repetir mil veces que, ver a tus hijos o nietos jugar, pasar un rato con tus amigos (aunque sea conversando de cosas triviales); realizar algún deporte o hobbie, desarrollar alguna habilidad, etc. son cosas que nos estamos saltando, se nos están escapando muchas oportunidades y experiencias. Nos lo estamos perdiendo y no lo estamos detectando.

 

Sí, definitivamente esas cosas simples que no tienen precio, pero que nos brindan felicidad, NO tienen remplazo. Nadie puede hacerlas por ti, sentir por ti, no las puedes delegar a otro, nadie pasea a mi hijo por mí, nadie ríe por mí, nadie es feliz por mí.

 

Nos corresponde definir nuestras vidas y nuestras prioridades y una muy buena manera de empezar a hacerlo es que nuestra primera prioridad decretada sea "quiero ser feliz y hacer aquello que me hace feliz".

 


Hay una frase interesantísima que leí hace tiempo y dice:  "El tiempo es el enemigo, la lucha será eterna" Ciertamente disponemos de un tiempo que podemos aprovechar o desperdiciar según lo decidamos, entonces está en nosotros redefinirlo como enemigo o aliado.

 

Dedicarnos el tiempo para hacer aquello que nos hace feliz y compartir esa felicidad con nuestros seres queridos, es quizás la decisión más importante que podemos tomar.

 

Muchas veces dejamos de compartir con un amigo porque no tenemos tiempo, pero si este amigo llega a enfermase, sacamos tiempo y vamos al hospital... y algunas veces apenas llegamos para lamentarnos.

 

Y cuando se trata de nosotros mismos es similar, a veces nos negamos a salir  a comer a un restaurante para evitar gastos extras o no nos regalamos unos días libres para descansar, porque pensamos en el dinero que podemos generar durante esos días. Hasta que nuestro cuerpo cae exhausto y nos vemos "obligados" a descansar para recuperarnos por la enfermedad o estrés que nos hemos generado... y terminamos gastando el dinero extra en medicinas.

 


Entonces, no es tan difícil caer en cuenta de que todo es cuestión de reconfigurar tus prioridades, y colocar de primera en la lista tu determinación a ser feliz junto a los tuyos.

 

Empieza a armar tu pequeño oasis, hoy.

 


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Motivación Inversa

Lo que no fue, no fue.

¡Un día de estos!