¡Un día de estos!
¡Un día de estos!
Famosa frase con la que TODOS solemos "darnos esperanza".
Pero seamos francos, porque la verdad es que también la usamos para engañarnos (a nosotros mismos o a otros) en muchos sentidos.
En nuestra vida diaria generalmente tenemos un sin número de tareas pendientes: expectativas, sueños o metas, o incluso verdaderos problemas que nos hemos propuesto cumplir y resolver para este día... o que según nuestros pensamientos (de días atrás) deberíamos tener cubiertos para este día de hoy que avanza sin detenerse.
Entonces aparece la dichosa frase: “Un día de estos"... (en cualquier momento, en cualquier ratico) algo que no es otra cosa, que una ingenua manera de engañarnos sin hacernos sentir culpables, llegando a ocurrir casi a diario, bien sea que nos percatemos, o no.
Efectivamente hablamos de "Procrastinar", esa famosa palabra que está siendo tan común en nuestras "mea culpa" diaria y que no es otra cosa que la mala costumbre de aplazar o diferir, para más tarde algo que, teniendo conocimiento, tiempo y recursos, perfectamente podríamos realizar a tiempo; pero igual lo postergamos.
Parece casi comprobado que, hoy día, las Redes Sociales juegan un papel muy importante en la manera drástica y sostenida en que eso de procrastinar se ha hecho tan popular en nuestra sociedad, aplicando a jóvenes y no tan jóvenes.
Lo cierto, lo real, lo verdadero, es que a lo que NO le ponemos fecha y hora de ejecución y finalización, nunca llegará a materializarse.
En mi publicación: "Qué,cómo y cuándo" -enero 2022- hablo un poco de esto. Hoy estás donde tus decisiones y acciones anteriores te trajeron y no la casualidad.
La realidad es que, aunque con esta frase intentemos transmitir cierta "tranquilidad mental" a nuestro cerebro prometiendo que sí lo haremos (un día de estos), simplemente nos estamos auto-engañando de una manera ingenua y poco creíble.
¿Qué podemos hacer?
Así como antes de acostarnos pensamos en la necesidad de levantarnos muy temprano y programamos nuestra mente a una hora, 5:00 am, por ejemplo, y ocurre que esa mente inquieta se auto-programa para despertar a esa hora y lo consigue; así mismo puede suceder diariamente con nuestro trabajo, estudios, entrenamientos, hobbies, etcétera, logrando así que sucedan las cosas.
Hagamos lo mismo a todo nivel, con nuestras metas, nuestros proyectos y nuestros más ambiciosos sueños. Y en vez de decir “un día de estos", mejor establecer en nuestra agenda mental, el cómo y el cuándo lo vamos a hacer posible, aunque no se logre "en el primer intento", pero dando un paso firme a la vez.
Recordemos cuando estudiábamos y consultábamos aquellos horarios que indicaban: lunes, de 7:00 am a 8:20 am, matemática... de 9:40 am a 11:00 am, inglés - a las 2:00 pm, educación física (deporte); y así todo, bien aprovechado el tiempo, se completaban nuestras actividades durante los 5 días de la semana (y no había manera de brincarnos una clase) debíamos cumplir nuestro horario, aprobar todas las materias... ¡y colaborar en casa!
Entonces ¿qué es lo que nos pasa ahora que somos adultos y debemos administrar nuestro propio horario sin maestros que nos controlen?
¿Por qué no podemos ser igual de cumplidos ahora que nadie nos vigila? Se supone que deberíamos ser hombres y mujeres más responsables. - Esto aplica para el trabajo, el entrenamiento deportivo, el tiempo compartido con los hijos, la actualización de conocimientos y todas las otras actividades que nos corresponde asumir, a gusto, como adultos. Sin imposiciones.
Soñar, soñamos todos;
querer, todos queremos: pero cuando se trata de "hacer" ¿quiénes
serán los que tengan la determinación?
Sí, eres tú quien decide ser uno más del grupo de "un día de estos"
o convertirte en "ejecutor de tus sueños"
Ya luego sobrará quienes digan de ti: ¡Ése si tuvo suerte! - Pero nada más lejos de la suerte que los objetivos alcanzados con acciones. "Causa y efecto", sin más.
Dato final: No es necesario que compartas todo lo que piensas hacer o estás haciendo; deja que sean tus acciones las que cuenten tu historia.
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