Inclusión, religión para la vida
Inclusión ¡Vaya palabra tan significativa! Pero pareciera que nos la tomamos a la ligera.
Los seres humanos con el
paso de cada una de las épocas hemos podido apreciar cómo esto a lo que llamamos
"inclusión" se ha venido transformado poco a poco en todo lo contrario,
en exclusión (o división)... al menos así lo sostengo.
Podríamos empezar por los rasgos
físicos personales, como flacos, gordos, altos, bajos; si nos referimos a
estratos sociales, hablamos de pobres, clase media, ricos, etc. Estéticamente,
encasillaremos a todos como feos o bonitos. A veces vamos un poco más allá y clasificamos a la gente según un "aparente
nivel de éxito" en ganadores y perdedores.
Mientras un bando pareciera
dedicarse a encasillar a todos en una especie de clasificación, el otro hace
constantes esfuerzos por lograr ser "aceptados" y en destacar en
donde la sociedad, la opinión pública o la mayoría indique que es, "lo
correcto", lo que gusta o simplemente lo que está de moda.
Así, todo podría reducirse
en el grupo de lo bueno (+) y lo malo (-), lo que sirve y lo que no sirve.
Pero desde muy joven aprendí
(¡y vaya de qué manera!) aquello de que !Nadie está exento!
Así, la vida nos puede
cambiar en un segundo, y casi con total seguridad, al menos una vez en la vida
lo hará. Podrás pasar de la felicidad a la tristeza, de la salud a la
enfermedad, de la riqueza a la pobreza y
conocer el oscuro lado de la exclusión, ése donde te catalogan y
terminamos formando parte del grupo de los "menos afortunados".
En este momento será cuando comprenderemos
en toda su magnitud, lo importante que es ser incluidos, formar parte,
pertenecer. Pues no existe ser humano que esté exceptuado de padecer:
enfermedades, carencias, o verse obligado a afrontar problemas de cualquier índole.
Como tampoco existe ser humano que no aspire a sentirse aceptado, aprobado y "parte de".
Es bajo ese escenario que
digo que, la inclusión, debería ser una religión que practiquemos todos los
seres humanos, haciendo que el techo de la iglesia verdaderamente sea el cielo.
Que no exista raza, idioma o
apariencia que nos divida. Ayudando al necesitado, Escuchando al deprimido.
Yendo y recibiendo al otro, Poniéndose en sus zapatos (u otorgándole los
nuestros al descalzado).
Porque así como se pasa de
la felicidad a la tristeza, de la riqueza a la pobreza, del éxito a la derrota;
también pueden revertirse los escenarios: de la oscuridad a la claridad. Y una muy buena
parte para que ello ocurra depende de nuestra actitud.
Todos repetimos: "dejemos algo positivo en nuestra humanidad".
Pues bien, si crees no tener bienes o
mayores aportes que compartir, el sólo hecho de ser inclusivo, empático,
solidario, ya es un aporte bastante grande. Porque tampoco se trata de esperar
nada a cambio, ni trofeos ni recompensas. Se trata de ser feliz con las
acciones; muchas veces, para algunos sería suficiente simplemente con que los escuchen.
Cito aquella frase de Jorge Luis Borges: "El arte, como la alquimia, está en sembrar y no en cosechar".
Nosotros, como seres humanos, supuestas criaturas "superiores" de la cadena evolutiva, veamos el ejemplo de conductas en el resto del reino animal: he visto una perra alimentando a cachorros ajenos, incluso a un pequeño gatito. He visto pájaros de diferentes especies, colores y tamaños alimentándose simultáneamente de la misma fruta, no recuerdo haber visto a un perro rechazando a otro por su tamaño, apariencia o color... así podría seguir dando ejemplos.
Por eso sea tan frecuente leer por las redes, comentarios de gente que dice: "Mientras más conozco a la gente, más quiero a mi perro". Los animales no matan ni agreden a otro por placer... su nivel de inclusión y tolerancia, parece más alto que el nuestro.
Tampoco veo discriminación ni exclusión innata en los niños, pareciera ser una conducta que aprenden de sus referentes. Comprendamos que, cierta e indudablemente, los humanos somos distintos unos de otros, pero no somos mejores unos, ni peores otros. Nuestra única gran diferencia es nuestro comportamiento... y nuestra única gran igualdad es que estamos en este mundo por tiempo limitado, que realmente es breve.
Dejemos entonces, con
nuestra conducta y buena disposición hacia el otro, nuestra huella de inclusión,
solidaridad y respeto para hacer de éste, un mundo mejor, un mundo más humano...
o quizás sería mejor decir: un mundo más animal.
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