Una y otra vez

Esto que somos: apariencia, conocimiento, formación, personalidad; es el resultado que desde el mismo comienzo de nuestras vidas y a todo lo largo de ella nos vamos haciendo, sumando experiencias y esfuerzos día a día, haciéndonos de un oficio, una profesión, desarrollando ideas, habilidades y destrezas.

  

Pero ¿qué pasa cuando todo aquello que lograste y aprendiste, de repente, parece ya no servirte de nada? Puedes llegar a sentirte desubicado o creer haber perdido el tiempo. Los cambios, voluntarios o involuntarios, muy frecuentes en estas épocas de pandemia y migración, pueden hacerte sentir que lo que tienes o sabes ya no lo puedes usar... y es como tratar de ir de compras con billete de monopolio.

Es allí donde nos toca Renacer, usar nuestro ingenio y readecuarnos a nuevos entornos y realidades.

  


Sin embargo, reinventarse puede resultar algo muy difícil si te empeñas en compararlo con tu pasado; seguramente no avanzarás y te quedarás estancado en el círculo de los recuerdos. No intentemos vivir de las glorias del pasado, porque estaremos cortando el paso a las historias por venir.

  

Lo que sí puedes hacer es renacer sobre esas cenizas del pasado, ya que las cenizas representan lo mejor de nosotros, lo que permanece, lo que nada ni nadie puede destruir. Nuestra fe, nuestra experiencia, esa esencia que prevalece y desde donde con seguridad construirás una nueva experiencia de vida.

Esto aplica para aquel inmigrante que debe empezar desde cero, a veces hasta teniendo que aprender a hablar otro idioma; el deportista que debe recuperarse de una lesión, reeducar su cuerpo y adaptarse a otros sistemas, para aquel que pierde a un ser querido y debe hacerse nuevos hábitos y lazos. Aquel a quien le tocó “perder” (prefiero decir aprender) le corresponde replantearse objetivos, avanzar.

  

Para todos estos que de una u otra forma se sientan retratados, en una encrucijada, en un cambio que pareciera hacerse angosto y difícil, comparto mi mensaje y recomendación: levántate y da tu mejor pelea.... no consideres rendirte ni un momento, hazte de un poco de aliento, cierra un instante tus ojos, analiza un momento imaginando lo que pasaría si te rindes y verás que eso resultará aún peor.

No te lamentes de lo que pasó, no te juzgues, ni busques culpables. Del pasado, piensa que lo viviste, lo malo y también lo bueno, como aquellas vacaciones inolvidables, que no se repetirán igual, pero que viviste. Avanza imaginando todas las experiencias que aún te faltan por vivir.

 


Es así como experimenté en 1997; mi primer intento de inmigrar recién había llegado y de repente no tenía donde vivir, donde pasar la noche, me senté en el banco de una parada de bus y a todo el que me daba oportunidad le contaba lo que me sucedía. Recuerdo que una chica, después de escucharme, me dijo - ¡Lamento no poder ayudarte, pero si de algo estoy segura, es que algún día te reirás de esto! – Mi primera reacción, en medio de mi consternación, fue pensar que estaba loca, ¿Cómo era posible? para mí aquello era el fin de mi mundo, mi sueño, mi travesía.

Bueno ¿qué decir?... aquí estoy unos cuantos años después. Mi mundo, no terminó.

  

Siempre que te lo propongas, podrás iniciar y brindarte una nueva vida, conocer otros lugares, aprender y emprender un nuevo oficio, estudiar otra carrera o sumarle una especialidad, practicar un  deporte, mejorar tu desempeño, encontrar un nuevo amor... y lo más importante: creer en ti.

Ten siempre presente que el juego no se acaba hasta que acaba el tiempo y tu tiempo dura, lo que dure Tu Vida.


 

Comentarios

  1. Saludos Sr Jorman 👋😃 muy acertado e importante todo lo escrito, lo admiro mucho 🙏

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    1. ¡Gracias Inés! Te respeto y aprecio mucho.. sigue adelante

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