¡Próxima Parada!
Muchas veces, cuando vamos rumbo a un destino,
debemos hacer alguna parada... quizás para cargar combustible o tal vez sólo
para comer algo.
Nuestra vida, es como un tren, un tren que no se detiene y en
nuestros vagones vamos cargados de un gran número de personas y un montón de
cosas, que en algunos casos ni caemos en cuenta que llevamos.
En esta constante travesía, en algunas
oportunidades debemos parar y es cuando nos preguntamos cosas como: ¿cuál será nuestra próxima parada? ¿Llegaremos
bien? ¿tendremos la carga completa? ¿será el destino que habíamos escogido? ¿llegaremos a tiempo?
Soy de los que piensa que la vida no
se detiene y que "realmente envejecemos" cuando dejamos de
movernos, incluso esas veces en que sólo nos movemos por inercia y no por
voluntad, ni con consciencia.
En ese "Tren" de nuestra vida, subimos y bajamos personas,
algunas son nuestras invitadas, otras, en muchos casos, llegan a subir sin que apenas
lo notemos.
Algunas se hacen notar apenas las
conocemos o tratamos por primera vez; pero nunca sabremos cuando será la
última vez que las volvamos a ver, a hablar o a compartir con ellas. No será
hasta una próxima parada que notaremos su presencia... o su ausencia. Y aunque
parezca absurdo, es justamente en las ausencias cuando llegamos a saber con
certeza ¡el espacio que ocupó en nuestro viaje!
En este sentido, muchas veces las
vamos a extrañar, algunas dejarán cosas positivas, y otras, parecerán no tanto
como para merecer viajar en tu tren. Pero al final del día, o cada trayecto, eres tú quien decide a quien montar, bajar
o dar asiento preferencial en tu viaje, tú y nadie más que tú, eres el
conductor de ese "Tren".
Una gran dificultad es que este tren,
no tiene reversa, ¡no da marcha atrás!... Por lo tanto, sólo hay un camino y es hacia adelante.
Igualmente puede ocurrir que aquellos
que se bajaron de tu vagón, estaciones atrás, en alguna oportunidad y por
alguna razón, se vuelvan a subir en otra parada. ¡Es eso que llamamos
casualidad o destino!
Es seguramente aquí donde estás mejor preparado y puedes aprovechar al máximo esta travesía con estos pasajeros, cuando
ya sabes que pueden bajarse en cualquier momento y comprendes como algo natural
del recorrido, que puede que no los vuelvas a ver.
Recuerda siempre que, aunque sea tu tren y tú escojas el
destino y la ruta, no debes intentar saltar obstáculos o escoger atajos, porque
eso sería perder la travesía.
- Un buen conductor debe estar atento
a las condiciones del clima, muchas veces debemos avanzar sin poder mirar hacia
adelante por la oscuridad y en muchos casos sin brújula. Igual hay que ir
atento a que nuestra máquina pueda fallar y a hacer una "Próxima Parada"
oportuna, para abastecernos, bien sea para montar o bajar personas... o cosas
que en su momento fueron necesarias pero que ya no lo son.
- Cambiar la carga y replantear el
viaje puede ser necesario en más de una oportunidad, no dar nada por sentado, ya
que realmente nunca hay un destino seguro ni completamente definido -bien dicen
nuestros viejos, qué lo único seguro es la muerte... y que las decisiones que
parecen buenas hoy, no lo serán mañana-.
- Toma tu tiempo en cada parada, es
en esos momentos cuando forjamos las estrategias de nuestro viaje ¡y es la
oportunidad de revisar si vamos según lo planeado!
Siempre tendremos tramos muy difíciles
y otros muy felices. En
todos hay aprendizaje.
Quizás lo más importante: disfruta tu viaje
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