Pedaleando la Vida


Me ocurrió como a todo muchacho, casi todos al menos, sentir aquel deseo de tener mi propia bicicleta. Cuando pequeños, suele ser todo un sueño; algo así como tener tú primer carro o moto. Te daba cierta independencia, capacidad de movimiento que se convertía en una invitación a aventuras y excursiones, pues te abría las puertas de la ciudad. Ciertamente ahora aumentaba tu tarea de ir a hacer los mandados (pero también te llevaba a casa de tu novia). Alegrías y por supuesto, algunas caídas y primeros golpes, tal y como en la vida.


Entonces pienso que si tuviese que construir una bicicleta, para la vida, la haría así:

El Cuadro, estaría construido de “Actitud”, o buena disposición, ya que es esta la que sostiene todos los elementos de nuestro día a día.

El Volante, sería de “Disciplina”, para así lograr mantener el rumbo.

Por otro lado, el Caucho Delantero, sería de “Sabiduría” para así acertar en tomar las mejores rutas; mientras que el Caucho Trasero sería de “Fortaleza”, para así imprimirle poder a mi avance.

Para El Asiento, seguramente lo mejor sería asentarse sobre la “Experiencia”.

Los Frenos estarían hechos de “Prudencia”, esto permitiría saber cuando recortar o detenernos.

Definitivamente el Sistema de Pedales y Cadenas, estaría conformado por una gran ”Determinación” que nos lleve a “darle pata”.


Así armada nuestra bicicleta, estaríamos listos para salir a conquistar la meta, pero disfrutando todo el camino hasta ella.

Bueno, sabemos que la vida no es tan simple, ni se trata de unas pocas piezas, pero una cosa es cierta: todo se relaciona adecuadamente, sumando y restando, por tanto, no existe en ella, derrota ni triunfo aislado.

Es necesario que demos uso adecuado a todos los componentes de esa Bicicleta; porque si se espicha el caucho trasero, no avanzas, no tendrás el empuje necesario. Sin la disciplina que te brinda el volante, tus esfuerzos se irán en dar giros sin sentido, sin posibilidades de enrumbarte a buen destino. Si se rompe tu cuadro o, valga decir, “se descuadra”, no tendrás la aptitud que necesitas para coordinar todas tus virtudes.

Como ves, en la Bicicleta para la Vida, todo, todo cuenta. Como parte y como conjunto.

 

Recuerdo cuando entrenaba bici-cross; éramos apenas unos muchachos, y en la calle teníamos un par de reglas:

1.- No dejar de pedalear

2.- No poner los pies en el piso.

Entonces agarrábamos las más largas y empinadas calles; empezábamos a pedalear cuesta arriba y cuando sentíamos que las piernas ya no daban más,  comenzábamos a movernos en Zigzag, de un lado a otro, ya no frontalmente, haciendo la escalada menos dura, aunque más larga. Pero esto era una manera de no detenerse, de seguir avanzando.

Quien ponía los pies en el asfalto, perdía, tenía que retirarse y comenzar de nuevo desde el inicio.

Eran las reglas de unos muchachos, así fue la experiencia inicial que me llevó al bici-cross BMX, pero creo que, sin saberlo, nos estábamos preparando para la carrera de la vida, donde quien deja de pedalear, no avanza, pierde.

 


Por supuesto que habrá cosas que escaparan de ti, imprevistos... pero si bien eso que llaman, “suerte”, es algo con lo que no puedes contar con certeza, con el éxito sí, ya que éste es algo que construyes día a día.

Es por eso que cuando me despido de alguien me gusta decirle: ¡Que tengas éxito! ... Algo así como ¡sigue adelante, lo lograrás!

Un muy importante detalle final: no olvides llenar tus cauchos con la adecuada “motivación”.




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