Cuando crees estar "jodido"

 

"En realidad, la gente necesita tocar fondo para cambiar".

Fiódor Dostoyevski

 

Solemos tomar como algo negativo cuando alguien nos niega ayuda, cuando no conseguimos lo que buscamos, cuando ocurre algo que nos deja una marca indeseada, un sin sabor, un mal recuerdo.

 

Pero será nuestra actitud, nuestra confianza y nuestra fe, la que encontrará la manera de sacar lo mejor, de lo peor.

 

Cuando viví aquel accidente donde perdí mi brazo derecho, fue interminable la lista de cosas que, una tras otra, me veía impedido de realizar con una sola mano y brazo. Me resultaban imposibles, o al menos eso creía yo en aquel entonces.


Las personas a mi alrededor, solidarias, me asistían en mis tareas diarias y cotidianas, pues cosas tan simples, como abrocharme el pantalón, o amarrar los cordones de mis zapatos, eran Misión Imposible. Igual de desconcertante resultaba cuando necesitaba salir, además, el único carro disponible era sincrónico. Pues, créanme, aprendí (reaprendí) a conducirlo sin mayor ayuda, solo y en mi nueva condición física. A conducir, a bañarme, vestirme, comer, escribir, nadar, etc, etc.


En mi caso, supuso un doble trabajo tener que olvidar lo que sabía hacer para reaprenderlo nuevamente, quizás desaprender resulta lo más complicado. De nacimiento, siempre fui diestro (usé la mano derecha) y eso supone una cantidad de habilidades físicas y mentales que van mucho más allá de escribir o llevarse los alimentos a la boca.  


No digo, ni me creo con capacidades superiores para haberme adecuado a las nuevas características físicas, consecuencia de mi accidente; las redes están llenas de experiencias similares a la mía, incluso casos mucho más complejos  y sorprendentes de personas con capacidades y características que son grandes muestras de su determinación para involucrarse activamente en una sociedad que nos pertenece a todos.

 

Ciertamente, es en esas condiciones complicadas, cuando crees que te pasan cosas malas. El mundo se nos hace pequeño y nos resulta difícil encontrar salidas a nuestra situación.

 

Son precisamente esos cuellos de botella, donde no tienes ayuda o la ayuda que recibes no es suficiente, los que te hacen crecer, pues se trata de algo en lo que te corresponde, ineludiblemente, asumir las riendas de tu realidad y tu vida.

 

Existen entrenamientos de sobrevivencia (o supervivencia), como esos que imparten los cuerpos especiales del ejército, con un entrenamiento sumamente duro, casi cruel, donde sólo los más fuertes física, mental y espiritualmente pasan la prueba y se consideran aptos para operaciones extremas o guerras. Así mismo parecen ciertos capítulos y experiencias de la vida. Situaciones extremas en las que te prepara sin que tú lo sepas. Es en ese momento que pones en práctica todo lo aprendido y puedes comprender el por qué y para qué de las cosas.

 


Así que esas veces, cuando sientes que nadie te ayuda, cuando te sientes "jodido", pierdes un negocio, o crees que lo que te está sucediendo no es justo; serán los momentos en que la vida te está entrenando y evaluando, como a un soldado en entrenamiento para sobrevivir.

 

Asume tu rol... y en lo sucesivo, NO más lamentaciones.

Eres un guerrero(a) entrenándote en el campo de la vida.




 

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Motivación Inversa

Lo que no fue, no fue.

¡Un día de estos!