Está bien, NO estar bien
Es natural que no estemos bien por alguna razón o situación por la que estamos pasando, algo que esté generando en nosotros gran cantidad de pensamientos y a lo que generalmente se une ese estado de no sentirnos bien.
No, no está mal sentirse mal, es algo
natural.
Nuestra mente reacciona ante cada
situación y no podemos evitarlo, de hecho, ese sentimiento de malestar desata
energías y explota en resoluciones y acciones, del mismo modo en que ante un
susto gritamos, ante este sentimiento, reaccionaremos.
Si algo es natural, es el proceso que
incluye la participación (y presión) de amigos, familia y relacionados, cuando
se hace evidente nuestra condición. Entonces recibimos cualquier cantidad de
mensajes en redes sociales del tipo: "´¡Pa’lante eso no es nada!... ¡Ten
fe!... ¡Paciencia, esto lo superarás!... y un largo etc. que no deja de ser
cierto.
Pero no menos importante es respetar
el proceso, como quien transita un resfriado; así que llora, grita, cállate, espera... y asúmelo.
Si no pasamos por este proceso
estamos en negación, de espaldas a la realidad y no estaremos listos para
avanzar. No se trata de que no seas optimista. Se trata de que seas realista.
Porque aquel que no reconozca su realidad, difícilmente conocerá la solución.
Sentirse mal es como ganar, pero al
revés; así como no puedes evitar sentirte bien cuando ganas, mucho menos
lograrás impedir sentirte mal cuando pierdes.
¿Entonces qué es clave aquí? Pues
primeramente, como hemos visto, debemos verlo (reconocerlo) como algo natural, pero
más importante que eso, es que nunca jamás debemos verlo como algo perecedero.
Todo pasa, todo evento, toda
situación... y siendo así, en nosotros está el no detenernos.
Como a aquel boxeador al que le
meten un knockout y le dan conteo de 10
segundos de oportunidad para que se levante. Bueno, tal cual así es la vida,
asume tu golpe, asimilando por qué te pasó... ¡y levántate a dar tu pelea!...
porque no será el último ni el primer golpe que recibas.
Igualmente, evita comparar tu
situación y tus resultados con los que puedan tener otras personas (cada
historia es única e irrepetible), aunque puedas tener referencias, esto no
significa que en una situación parecida, porque alguien se levantó con éxito,
tenga que repetirse en ti mismo. Siempre será tu actitud la que hará la
diferencia. No veas a tu alrededor mira hacia dentro de ti.
Ningún éxito es pequeño. Lo haces
pequeño cuando lo comparas con el de otra persona. Así mismo pasa con los
problemas, ninguno es más grande o pequeño que otro... y el tuyo, es el que te
tocó resolver a ti.
Si tú mismo no eres capaz de verte a
ti como un ganador, créeme que nadie lo hará.
Yo siempre digo, tus problemas son
tan grandes para ti, como los problemas de las otras personas resultan para
ellas. Una pelea entre un cinturón blanco contra otro cinturón blanco, será
para los contrincantes un reto tan difícil como será una para dos combatientes
cinturón negro.
Recuerda con la Felicidad y la Desgracia,
¡¡NO se compite!!
De ahora en adelante, no temas
sentirte mal porque es parte del proceso. Nunca tomes decisiones cuando tengas
sentimientos como tristeza, rabia o desesperación y créeme algún día te vas a
acordar de esto y te dirás a ti mismo: ¡lo logré!
Y si aún así se te sigue haciendo muy
difícil superarlo... te repito, ¡todo... todo, pasa!
¡Aguanta, aprende y sigue!
Exactamente, cada uno tiene su proceso y es válido sentirse mal, triste o confundido, lo malo es quedarse enganchado en ese sentimiento. Hay que salir adelante ☺️🙏
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