Entre la Fe y la Confianza


          En el mundo del deporte, así como en otros escenarios de la vida, es indispensable "la confianza" algo que es muy diferente a la "fe".



          Debemos tener claro que la fe y la confianza no son lo mismo; la fe está cimentada sobre tus creencias  de religión, muchas veces por algo que no podemos ver ni sabemos explicar, pero tenemos por cierto que sucederá. Hablamos de confianza cuando sabemos que lo lograremos basándonos en un trabajo previo o el entrenamiento adecuado para lograrlo.

          Así entendemos que los deportistas tienden a desarrollar autoconfianza, que se desarrolla de manera natural y espontánea en aquel que se entrena de manera constante y disciplinada para alcanzar sus objetivos.

Pero ¿qué pasa cuando, a pesar de haberse preparado, no lo logra? 

          Es común que se generen momentos de incertidumbre, frustración y pérdida de la confianza; pero si prestamos atención, reconoceremos que esto sucede cuando nuestra confianza tiene su base en los resultados anhelados y obtenidos y no en el trabajo que hemos realizado. Diría que es algo así como ser feliz cuando tienes dinero, pero infeliz cuando no lo tienes. El dinero final no debe ser el fin principal. Disfruta el trayecto.



          Entrenarse en la confianza es tanto o más importante que hacerlo a nivel técnico, ya que la confianza propicia una actitud positiva, y una fuerza emocional, que nos empujará a llegar aún más lejos. 

¿Qué perdemos?

          Es justo cuando nos superan en la competencia y no alcanzamos nuestro objetivo o expectativa, cuando atravesamos el momento más difícil y crítico para afianzar nuestra confianza.

          Imagina esta situación: un futbolista ha fallado 2 oportunidades de hacer gol durante un partido y en los minutos decisivos lo llaman a cobrar un penalti ¿Qué crees que pasa por su mente en ese momento?... ¿lo lograré?... sus ideas en esos segundos deambularan entre la confianza, la fe... si duda, seguramente fallará.



          Pero si observa sus anteriores inténtenlos, desde un punto de vista de aprendizaje, y busca el por qué y el cómo falló, esto se transforma en aprendizaje, termina siendo parte de su entrenamiento y a la postre se transforma, ¡en Confianza! 

          Aquel corredor de motos que por una u otra razón termina cayéndose en las carreras, puede desarrollar una predisposición a caerse y así, sin darse cuenta, una y otra vez se verá cayendo. Su mente dirá: "seguro me caigo... yo siempre me caigo".

Así que, cuidado con la predisposición.

          Ni todo lo bueno tiene que repetirse por fe, ni todo lo malo debe ocurrir porque sea la costumbre o lo habitual.

          Si la observación y la evaluación forman parte de tu entrenamiento, cada competencia es única y cada resultado será diferente.



          Un peleador que ha fallado en sus combates previos y no logra poner su mente en cero para su siguiente enfrentamiento, al momento de la pelea seguramente volverá a fallar si tiene como única referencia los resultados obtenidos anteriormente.

          Ponerte en cero consiste en creer en la preparación realizada y no en los resultados que has obtenido.

          La confianza debemos desarrollarla en el trayecto, en la preparación, en el entrenamiento y no en los resultados; entonces el objetivo de entrenar la confianza es saber que siempre seremos capaces, a pesar de haber perdido anteriormente, ya que, donde se aprende, no se pierde. Donde ha habido aprendizaje, no ha habido pérdida.

          No se decide tener confianza o perderla, ésta será el resultado de tu entrenamiento constante y las derrotas van incluidas; prepárate siempre lo mejor posible, aprende de tus contrincantes y mantente entrenando.



          No confundas entonces confianza con fe; recuerda que la confianza se construye con acciones y no con oraciones.

 


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