¿Y por qué no?
¿Por qué lo digo?
Si siempre me repito que
algo está caro, me estoy diciendo que NO puedo adquirirlo, de alguna manera me
estoy diciendo que NO es para mi, me lo estoy negando. Es a eso a lo que llamo:
Mirar al piso.
Cada vez que pensamos: No me lo merezco, no puedo, no debo, es muy caro, muy Lujoso… etc. Nos estamos resignando, estamos "mirando al piso".
Algo similar ocurre cuando guardas "cuanta cosa vieja existe" por un: ¡Quizás lo necesite después! Pasan días, meses, años... y aquello permanece allí guardado, muchas veces estorbando, por el simple hecho de que piensas que vas a gastar dinero si lo vuelves a necesitar.
Entonces me pregunto: ¿Será que en su momento no lo podríamos volver a adquirir nuevo?... ¿Y por qué no?
Esto parece un simple
ejemplo, pero tú decretas lo que viene y atraes por igual lo que quieres o lo
que temes.
O sea, si pienso que quizás NO tendré dinero para entonces, lo más seguro es que así será, tendrás la escasez que pensaste.
Creo sólidamente que la prosperidad comienza por tu actitud, así como aquel indigente que se viste de corbata, porque así es como se siente motivado.
Creo que si nos vestimos para dar una buena impresión, actuamos como ganadores y vivimos para disfrutar (con conciencia), terminamos siendo felices y ricos (bien sea de amor, felicidad y salud), más allá del dinero es eso y por eso lo que estamos buscando desde que tenemos conciencia.
La prioridad comienza por ti, porque si tú estás bien, entonces se podrán cubrir esas prioridades económicas y compromisos.
Pero atentos, hablamos de "bienestar",
muchas de las cosas que nos hacen "bien" no obligatoriamente se refieren
a dinero, ¡no es cosa de tener que comprar!... Mira un poco a tu alrededor y
fíjate en todas las cosas que nos ofrece la vida, la naturaleza, y que están
allí, para todos. La próxima vez que estés haciendo tu "lista de
pendientes", recuerda anotarte de primero en ella y con prioridad,
Regálate calidad de Tiempo, buenos Momentos y Gente valiosa a tu alrededor.
Así que con responsabilidad y sin remordimientos, di: eso me gusta y es para mí, así lo merezco, lo necesito y lo tendré, porque soy un ganador... y porque sólo yo decido sobre mí.
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