Saliendo del Rebaño
¡Tienes que creértelo!
No
se llega hasta donde no sabes; no se sabe lo que no se aprende; no se aprende,
si no lo intentas.
Si
no crees que va a pasar, que va a llegar, que tú eres quien eres, el
protagonista de tu propia historia...
nunca lo lograrás.
Empieza,
cada mañana, por entender que este día está en blanco, que aún no fallas, pero
aún no lo logras; que tienes un 50/50 y que solo tú marcarás la diferencia.
Sea
cual sea tu meta, tu sueño, tu edad, aspiración o condición, déjame decirte que
no estás destinado a perder ni ganar y que puedes revertir, con tus acciones,
cualquier cosa, cualquier día, en cualquier momento.
Sal del rebaño. Aléjate de lo
común, de lo simple. Apártate de lo negativo y de las
personas que nada te aportan.
Síguete a ti, cree en ti; lucha por ti y tus propias ideas.
Y
si necesitas inspiración, mira hacia atrás sólo para recordar que llegaste a
este mundo desnudo, desnuda, sin saber hablar ni caminar.
¡Qué
importa si te aprueban o desaprueban! Si de ser feliz se trata, entonces no
serán los ceros ($) en tu cuenta de banco los que harán la diferencia.
Eres tú quien define: el concepto de
"triunfador"; que el éxito no está siempre en llegar primero, que o
triunfamos sobre nosotros mismos o nos perdemos en el intento, pues no nos
define las veces que perdemos, sino cuantas veces nos levantamos y la manera en
que lo hacemos.
Así
mismo tengamos conciencia de como alternamos los triunfos de un día para otro, ciertamente
no vivimos de glorias del pasado, como tampoco debemos hacerlo de las
cicatrices de nuestro ayer. Así como las puedes hacer, las puedes romper o joder
en sólo un segundo de descuido.
Aprende
a reconocerte, a admirarte. Valórate, pero nunca te creas
que ya lo has logrado,
porque el día que lo des por hecho, dejarás de luchar, dejarás de vivir.
Entonces
habrás salido del rebaño para empezar a ser líder de tu propia manada.
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