LA SEMILLA Y EL RUIDO

Muchas veces tenemos días realmente maravillosos y sentimos que una racha de suerte nos acompaña. En los negocios, proyectos, combates… es cuando decimos que la vida nos sonríe.

Son esas veces que parecemos lograr estar “enfocados”, concentrados, siguiendo un plan, una estrategia para los proyectos y metas que nos hemos planteado. Todo esto es valedero.

¿Cómo mantener el enfoque?

Ocurre que hay una debilidad en los seres humanos, que es la tendencia a prestar atención a lo negativo… a eso le llamo La Semilla y El Ruido.

Así a veces hemos hecho 10, quizás 20 acciones, digamos por ejemplo atender 10 clientes que se muestran satisfechos, pero a lo mejor 1 de ellos resulta “no contento”… y es justamente ése comentario, esa situación de no conformidad la que en oportunidades se mete en nuestro enfoque como una semilla, robándose nuestra atención. Es La semilla de lo negativo, que nos impide sacar provecho del contexto completo de nuestra situación y lo proporcionalmente positivo en ella.

Tendemos a prestar más atención a lo negativo

Si no estamos atentos, esto nos transforma, como un traspié en medio de una danza, haciéndonos dejar lo exitoso, prestando más atención y energía a lo malo.

 

¿Qué es lo que debemos hacer?

No se trata de ignorar el posible error o la situación, obviamente requiere un momento de objetiva atención y análisis:

-        - ¿Qué ocurrió?

-        - ¿Por qué salió mal?

-        - ¿Realmente fue nuestra culpa?

-        - ¿Fallamos al proceso?

-        - ¿No estuvimos preparados para el reto?

Según identifiquemos respuestas satisfactorias, nos tocará dar un paso atrás y quizás recomenzar; posiblemente baste hacer un par de correctivos para lograr que ése resultado “no contento” se sume a nuestra lista de resultados satisfactorios. Subiendo nuestro desempeño y con ello esa sensación de bienestar.

 

Igualmente resulta muy importante la honestidad. Identificando si los reclamos y críticas son legítimos y auténticos o simplemente, no lo son. Es cuando simplemente la persona es negativa, o el entorno donde hemos expuesto nuestra actividad u opinión, dando oportunidad a que personas realmente pesimistas o malintencionadas hagan comentarios un tanto turbios o dudosas, tal vez por envidia o por simple ocio. Propiciando tu desconcentración si te prestas a considerar demasiado lo que digan de ti, tus actos, tu entorno, tu equipo.

 

Es algo que ocurre con frecuencia en redes sociales, chats, en grupos de trabajo, e incluso, muy lamentablemente, entre miembros de una misma familia.

 

Por ello, está atento, sé astuto y escucha si alguien hace un tema malintencionado... intentando robarte la felicidad del momento. Hacer ruido en tu mente, por prestar atención.

 La frase a recordar: "No permitas que un enemigo ocupe más sitio en tu mente que un amigo en tu corazón".

 Toma en cuenta que siempre recibiremos críticas, positivas y negativas… y aunque parezca mentira hay personas que se dedican a destruir, quizás para justificar sus propias deficiencias personales.

 

Cada quien tiene sus gustos; defiende los tuyos desde la autenticidad y la delimitación de tu propio espacio. Apártate de canales, conversaciones y entornos que no sean de tu gusto… procurando ambientes, lugares (físicos  y virtuales) que armonicen con aquello a lo que eres afín y te enriquece.

 

Nuestro objetivo, no es gustarle a los demás, es alcanzar nuestras metas.

Mantente enfocado y pase lo que pase, digan lo que digan, recuerda que no todos tienen que ser afines a tu propuesta… lleva tu día a día, cumple tus metas, completa tu plan.

 

Presta cuidado a la semilla y el ruido que dejas entrar en tu patio interior, para que, siendo de mala procedencia, no se te meta en tu mente y en tu corazón.